lunes 7 de julio de 2008
Uno puede levantarse bien temprano sintiendo en las rodillas la niebla apeada en el umbral. Puede desayunar con un dulce ‘orbayo’ –esa llovizna fina y fría que cala los sentidos hasta desperezarlos del todo-. Incluso, el viajero puede tomarse el vermú en una playa mordida a la montaña a pleno sol, sestear con un ‘nordés’ congelante batiendo las hojas de los ‘carbayos’ -robles- y cenar con las estrellas derramándose por
PS.: Perdonen esta ausencia, me puse a escuchar las obras completas de Leonard Cohen y me acabo de despertar... soñando con tomar Manhattan y luego Berlín.
2 comentarios:
Aiii, Cristina, que te voy a contar yo del orballo, los carballos o el nordés?? jejeje. Yo pronto me iré para Galiza, a mediados de este mes, más o menos. El texto es genial, por cierto ;) y en general, tu blog está muy currado. Me gusta, me gusta..por eso te tengo en links recomendables..jejeje
Un besiiito
Que tía... no es justo enseñar esa foto de Luarca en esta época del año! Ese lugar me cautivó, y de buena gana me volvía este año para allá!
Publicar un comentario