sábado, 3 de mayo de 2008

A orillas de 'El jardín de las delicias'

sábado 3 de mayo de 2008

A los que me llevaron –algunas veces de la mano- por los senderos del Arte.
Muy especialmente Sonia y Cesar.

Hace unos días me sorprendí escudriñando por primera vez un Bosco, El jardín de las delicias. Sus tres paneles inmóviles pintados allá por el siglo XIV –no existe unanimidad en su datación- se extendían y mostraban el paraíso, la lujuria y el infierno. Puesto que el último día de la creación puede resultar un tanto anodino para los descreídos o patológicamente ateos, cualquiera se detiene ante la lujuria y paciente la admira -y no sólo porque sea el más espectacular de los tres paneles-.

Uno empieza a imaginar bajo quién sabe qué efectos fue pintado ese cuadro y recuerda, quizá, alguna lección de Historia del Arte, un paseo por el MNAC, una visita fugaz por los carnales laberintos de las casas gaudinianas o un café a media tarde en una terraza de Figueres -con el espíritu de Dalí todavía presente en los huesos-, tertuliando siempre entre Arte y política, la belleza y sus antagonistas. El jardín de las delicias parece conformado por el caos, pero su inacabable fantasía y su ironía hacen que olvidemos una posible malicia e irresponsabilidad en sus personajes. Es, precisamente, esa circunstancia la que nos lleva irremisiblemente a dejar entre renglones el efecto moralizante que se pretendía en la época.

Sin embargo, el infierno sigue a la anarquía sin solución de continuidad. En la oscuridad y las llamas del tercer panel vio John Berger una metáfora del mundo de hoy, me acuerdo de ello observándolo y me dejo llevar por un ataque de desesperanza, pienso que tiene razón. Pero igualmente me arranca una sonrisa. Me descubro al mismo tiempo perpleja y avergonzada de sonreír ante el infierno en el que se ha convertido el mundo y que El Bosco entrevió y plasmó en un impecable óleo gótico que embelesa sin comprenderlo.

Observando desde esta orilla todo parece más seguro; ahí, del otro lado, algún genio nos hará sonreír al contemplar algo parecido a nuestro mundo. Y todos saben que la sonrisa vence a la desesperanza.


(Tríptico de El Jardín de las delicias. Extraído de culturageneral.net)


1 comentario:

noelia dijo...

ola pekeña mia!!!!!!!!
aver cm comentar esto nose mucho d letras aunq las eyas estudiado no m puedo comparar al escribir si kiera con una profesional como tu ejejeje en serio esta muy guay lo leyo tb mi madre q d esto sabes q controla mas q aki tu enan y dijo q parecia d peridista

sigue asiq sbes q tienes futuro cm periodista x lo mneos comentando arte jajaja a la guerra no q como t pasa algo mato al talivan q t toke en serio

bueno sigue cn tu carnet y ya t paseare yo sino

sabes q la exclusiva d nuestro lio la yevare a la tv cuando t hagas famosa jejeje

muxs besitos tq pasare x aki d vez en cuando aver cn q m deleitas pekeña